Un artículo de opinión de Isaac Rosa, publicado en El País, de Madrid, el 6 de julio de 2006 -Año de la Memoria Histórica, según la declaración del Estado español-, ponía de manifiesto el particular "empacho de memoria" del escritor, ante la "progresiva institucionalización" de las políticas públicas de la memoria, a las que atribuía la pretensión, mediante dilaciones, de "controlar, o cuando menos congelar, ese cuestionamiento del ayer antes de que se vaya de las manos". Una novela de su autoría, publicada dos años antes -El vano ayer (2004, XIV Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2005)- está basada en una prolija indagación documental del franquismo de fines de los años 60. Este material, hábilmente imbricado con la pura escritura ficcional, es presentado poniendo de relieve los mecanismos constructivos de la novela; el relato acumula incesantes interrogaciones que obligan a narrador y lector -precisados a repensar y reconstruir sentidos en torno a los sucesos narrados-, a un permanente ejercicio de la memoria sobre aquellos años. Nuestro trabajo intentará desentrañar de qué manera las diversas técnicas narrativas empleadas confluyen en la demanda de colaboración del lector en la construcción de un sentido final.