Después de haber sido durante la década de los 70 el principal renovador de la prosa literaria en euskara y un autor formalista que producía novelas de temática contemporánea, Ramón Saizarbitoria inicia en 1995 una nueva andadura en la que su escritura se vuelve más clásica y su novelística más histórica -o dedicada a la exploración de la memoria colectiva- en lo que al contenido se refiere. Este nuevo interés del autor por la historia del pueblo vasco y la reflexión que lo acompaña sobre la difícil (re)construcción de la memoria colectiva cuando uno se sitúa en el bando de los derrotados podría ser interpretado como un abandono del legendario y virtuoso aspecto meta-literario de su escritura. Sin embargo, la lectura detenida de una de sus cortas novelas dedicadas a la guerra civil nos revela la persistencia discreta de su reflexión sobre «lo literario» bajo una forma ciertamente menos espectacular que en su primera etapa de escritor: la alegoría sistémica. La guerra civil se convierte en una alegoría de las tensiones actuales producidas por la problemática articulación entre el asentado y potente sistema literario español y un incipiente sistema literario vasco que no acaba de encontrar su sitio en el espacio literario internacional.