En los últimos años la progresiva prevalencia de la AP ha sido notable. Ésta patología, también denominada enfermedad arterial periférica o enfermedad vascular periférica (EVP), consiste en un daño u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón, es decir las arterias y venas periféricas, que compromete el aporte de oxígeno a los tejidos, aunque implica también un compromiso arteriosclerótico sistémico(48). Su tratamiento persigue varios objetivos y puede incluir múltiples medidas. Entre éstas se encuentra ampliamente reconocido en la comunidad científica el valor del EF. Sin embargo, existe una escasez de artículos científicos que analicen y desarrollen debidamente que tipo o modo de ejercicio y cuanto ejercicio es lo más adecuado