Con la necesidad de encontrar herramientas prácticas que permitan dar solución a problemas concretos del dictado de clases, los docentes han encontrado en el juego voluntariamente iniciado por sus alumnos, una actividad factible de ser adaptada a las demandas institucionales que los libera de la exigencia de alentarlos en la realización de la tarea. Sin embargo, el profesor de Educación Física, además de reconocer al juego como forma didáctica, puede proponerse enseñar juegos sin necesidad de disfrazarlos, puede identificar el diseño de la actividad como contenido. Así, en la relación didáctica basada en el juego entre el profesor de Educación Física y los alumnos puede ocurrir que el profesor proponga actividades y/o ejercitaciones con el nombre de juego y que los alumnos jueguen o no, o que el profesor proponga juegos y que los alumnos elijan/puedan jugar o no.