El brócoli y el pimiento son hortalizas de gran valor comercial y nutricional, que se cultivan ampliamente en el Cinturón Hortícola Platense. Luego de la cosecha, ambos vegetales muestran una corta vida útil lo que conduce a un elevado porcentaje de pérdidas de producto fresco y, en consecuencia, de los recursos naturales y económicos que se emplearon para su producción. En brócoli el deterioro se asocia al avance de la senescencia, que suele evidenciarse por el amarilleamiento y la deshidratación significativa de las inflorescencias. En pimiento se debe principalmente al desarrollo de daño por frío, deshidratación y ablandamiento. Si bien la refrigeración es la tecnología más utilizada para conservar las hortalizas frescas por más tiempo, en ocasiones sus beneficios no pueden explotarse en totalidad. Por ello actualmente se evalúan diversos tratamientos que puedan complementarla y permitan extender aún más la vida poscosecha de los vegetales. Entre ellos, la aplicación de glicina-betaína (GB; N,N,N-trimetil glicina, amina cuaternaria derivada del aminoácido glicina), ha resultado una estrategia notablemente efectiva para conservar por más tiempo la calidad de ciertos productos como champiñones, zuquini y berenjena. Más allá de estos promisorios resultados, no existen a la fecha reportes de su empleo como tratamiento de poscosecha en brócoli o pimiento. De acuerdo a ello el Objetivo General del presente Plan de Trabajo será: “Evaluar la efectividad y seleccionar la dosis más apropiada de glicina-betaína para retrasar la senescencia de brócoli y controlar el daño por frío en pimiento durante el almacenamiento refrigerado”.