El contraste entre la esclerosis tecnológica de la economía protegida, y la dinámica de las innovaciones en la frontera tecnológica internacional, genera una brecha de productividad. Un carácter distintivo de los procesos contemporáneos de liberalización es, por ello, un "shock de obsolescencia” que, cuando adquiere dimensión significativa, supone particulares problemas de ajuste en los mercados de factores, y costos adicionales de la transición. Por vía de la obsolescencia del capital se acentúan la contracción de corto plazo de las posibilidades de producción y, en el mercado de trabajo, la posible caída del salario real, o aumento de la desocupación, según el grado de flexibilidad de los salarios. Por ello la previsión de la magnitud de la obsolescencia aparece como un componente necesario en la formulación de una política de cambio estructural.