Hace 10 años comenzamos el camino de construir un Centro de Atención a Víctimas de Violencia de Género (FCJyS-UNLP).
Nació por un fuerte compromiso por los derechos humanos de las mujeres, jóvenes y de la comunidad LGTBIQ+.
Participábamos del Programa de Niñez y DDHH y veíamos que siempre que había vulneración de derechos de niñez y jóvenes, había cuestiones de violencias (múltiples) de géneros, por lo cual necesitábamos más herramientas para acompañar esas situaciones. Pero también intuíamos que había otras situaciones, decenas, cientos, miles (no sabíamos a ciencia cierta) de otras violencias hacía mujeres por motivo de género, violencias laborales, institucionales, políticas. También conocíamos muches compañeres lesbianas, travestis, trans, gays, maricas, queer, intersex que sufrían violencias y discriminaciones sistemáticas por parte de instituciones y prácticas sociales y al interior de la propia comunidad y en sus relaciones sexoafectivas.
Nuestros recorridos eran diversos, veníamos caminando diferentes feminismos, desde la extensión, la educación popular, el activismo lésbico, la investigación, la militancia por los derechos humanos. Compartíamos un acumulado de conocimientos creados por el caminar de cientos de compañeras y compañeres desde los feminismos (populares, plurinacionales, desde las disidencias sexuales). Y también teníamos las herramientas de las ciencias sociales, del derecho, las experiencias de intervención profesional y de organización colectiva.