Entender los efectos biológicos de las radiaciones es de fundamental importancia en todas las prácticas médicas que las involucran. El fraccionamiento en radioterapia, el paso de la braquiterapia de baja tasa de dosis (LDR) a la de alta tasa de dosis (HDR), la terapia metabólica con fuentes abiertas, entre otras, existen merced al conocimiento de los fenómenos radiobiológicos asociados y han significado un importante avance en el tratamiento de diversas patologías.
Existen situaciones motivadas por un profundo desconocimiento del tema, algunas de ellas disparatadas, como por ejemplo entregar diariamente una copa de leche a los radiólogos para – supuestamente – “protegerlos de las radiaciones”. Esto sería solo una curiosidad si no tuviera otras consecuencias, pero creer que existe un “antídoto” contra las radiaciones puede hacer que los trabajadores no utilicen las medidas de protección adecuadas. Otro concepto erróneo muy generalizado es suponer que no existe ningún riesgo si no excedemos cierta “dosis máxima permisible”.