Las ingresiones marinas terciarias de la Cordillera Patagónica tienen dos regiones con características geológicas diferentes. Un sector en las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego y regiones adyacentes chilenas, y uno entre Bariloche y Esquel. El sector austral corresponde a la Formación Centinela, que se apoya sobre el Basalto Posadas y está en discordancia por debajo de la Formación Santa Cruz. Hay continuidad física entre los afloramientos de esta unidad y el Patagoniano en la costa atlántica; ambas son parte de la cuenca de antepaís desarrollada en el Paleógeno. Las edades de las unidades suprayacentes en la Cordillera Patagónica de 17,76 ± 0,2 Ma y los de la costa atlántica de 19,33 ± 0,18 Ma restringen la ingresión marina como pre-burdigaliana. Las coladas infrayacentes del Basalto Posadas con 43,0 ± 0,1 Ma limitan la ingresión austral de la Cordillera Patagónica entre el Eoceno medio y el Mioceno inferior. Los datos paleontológicos, isotópicos y radimétricos la circunscriben al Oligoceno tardío-Mioceno temprano. El sector septentrional con la Formación Río Foyel tiene fauna de edades eocena tardía, oligocena, hasta miocena temprana. Esta unidad es correlacionada con la Formación Ayacara en Chile, que presenta circones detríticos del Mioceno inferior. Los datos paleontológicos y radimétricos indican que los sectores septentrional y austral tienen una edad oligocena tardía-miocena temprana. Sus faunas presentan fósiles comunes con el Patagoniano de la costa atlántica. Sin embargo, no hay conexión entre afloramientos del sector septentrional y los de la costa atlántica, ya que están separados por depósitos continentales. Esto plantea nuevamente la comunicación a través de los mares pacíficos, por lo que es necesario evaluar sus relaciones con las ingresiones conocidas en la vertiente chilena de la cordillera.