La criminalidad femenina tiene características que no pueden escapar a la observación del criminólogo.
Su constitución y especiales oscilaciones endocrinas facilitan el establecimiento de períodos en los que la mujer puede actual en forma impulsiva o embargada por la emoción pasional. Muchos son los trabajos dedicados a hacer resaltar la posibilidad de delitos en las mujeres menstruantes, en la puérpera o en la menopausia.
Las estadísticas permiten esquematizar la tendencia a cierta clase de delitos, algunos propios de su condición de hembra (aborto, infanticidio, prostitución). El tratamiento penitencia y las penas deben ajustarse a su particular condición fisio-psíquica. La mejor forma de evitar sus delitos es la dignificación de la maternidad, la mejora del salario familiar, el trabajo a domicilio y la readaptación de las prostituidas. La mitigación de estados sociales especiales permitirán evitar el delito y la reeducación en las condenadas resolverán del triste problema de la delincuencia femenina