La flora carbonífera mexicana se restringe prácticamente a una sola localidad, ubicada en el centro sur de México, y aflora con una superficie de aproximadamente 600 kilómetros cuadrados. En los últimos años se han descrito ejemplares con características muy singulares. A la fecha se han colectado alrededor de 1500 ejemplares, de los cuales el 75% corresponde a helechos. La excelente preservación de los ejemplares permitió observar prefoliación circinada y soros muy bien definidos. Hasta el momento se han estudiado algunos taxones como Calamites, Lepidodendron, Annularia, Sigillaria, Holcospermum y Sphenophyllum. Se interpreta que las plantas fueron depositadas en un ambiente pantanoso cercano a la costa. Aunque la edad de esta localidad se establecía sólo por comparación con otras floras semejantes, en el presente estudio se consideraron también aspectos geológicos estructurales, estratigráficos, paleobotánicos, mapeos de semi-detalle geológicos-topográficos, un intenso trabajo de campo y dos dataciones previas de rocas intrusivas. En todas las localidades de la unidad litoestratigráfica conocida como Formación Matzitzi, las secuencias están deformadas e interrumpidas por fuertes fallas regionales e intrusivos. Se han medido varias secciones estratigráficas, llegando a obtener hasta 1050 metros de espesor. Las unidades subyacentes corresponden a esquistos pre-pennsylvanianos y rocas precámbricas, mientras que en las nuevas localidades los contactos son tectónicos con rocas precámbricas. El contacto superior es con rocas sedimentarias marinas asignadas al Jurásico Superior-Cretácico Superior, así como también con rocas volcánicas del Terciario. La flora Matzitzi tiene mayor afinidad con floras pennsylvanianas-pérmicas de Estados Unidos de Norte América, Canadá, ex Checoslovaquia, España, Francia, Portugal, Alemania e Inglaterra, por lo que se la asigna a la flora Euroamericana de Laurasia, aunque no se descarta que algunas especies tengan relación con Gondwana.