Comprender las “nuevas presencialidades” que nos desafían en estos tiempos es una tarea compleja tanto para docentes como para estudiantes pero, a su vez, fundamental. Las aulas virtuales y sus múltiples modos de intervención nos permiten pensar el seguimiento de nuestros estudiantes como estrategia pedagógica de acompañamiento en los nuevos espacios, no solo para poder identificar las problemáticas que surgen, sino también para generar estrategias de intervención que favorezcan la autonomía de los estudiantes. Por otra parte, la variedad de recursos que se pueden proponer en entornos virtuales (videos, ppt narrados, audios, clases escritas, materiales interactivos, etc.) favorecen el dinamismo del proceso de aprendizaje y generan un aprovechamiento de los tiempos. A su vez, es necesario que las actividades propuestas a través de estos diversos recursos nos suministren información sobre la regularidad de participación y posibilidades de acceso en el curso. En este artículo se profundizan en los aportes de la educación en línea y aulas virtuales a las clases presenciales.