El debate entre Habermas y Gadamer es, a nuestro entender, un elemento de mucha importancia para la comprensión del pensamiento de Hans-Georg Gadamer en general, pero muy especialmente en relación a sus implicaciones políticas concretas. Esta afirmación puede valorarse poniendo como fondo las polémicas ideas expuestas en 1960 en Verdad y método. Nos referimos, está claro, a la rehabilitación de la tradición de la autoridad y del prejuicio. Gadamer busca polemizar de este modo con el una confianza más o menos ingenua en la razón, en el poder de la reflexión para determinar radicalmente cursos de acción. Gadamer polemiza con una forma de buena voluntad política conformada por la experiencia colectiva que dio lugar a la oposición entre razón y tradición. Esta oposición remite al conflicto que tuvo lugar en los orígenes de la ciencia moderna entre la visión científica de la naturaleza y algunos poderes establecidos, especialmente eclesiásticos.