En el artículo anterior, decidimos ponernos a prueba en la traducción de un párrafo de una novela y competir contra los algoritmos y la IA. Elegimos el párrafo introductorio de la novela Desert Star de Michael Connelly (2022):
BOSCH had the pills lined up on the table ready to go. He was pouring water from the bottle into the glass when the doorbell rang. He sat at the table, thinking he would let it go. His daughter had a key and never knocked, and he wasn’t expecting anyone. It had to be a solicitor or a neighbor, and he didn’t know any of his neighbors anymore. The neighborhood seemed to change over every few years, and after more than three decades of it, he had stopped meeting and greeting newcomers. He actually enjoyed being the cranky old ex-cop in the neighborhood whom people were afraid to approach. (p.11)
Nuestra traducción humana, escrita de un tirón, nos llevó a este texto:
Bosch tenía las píldoras preparadas alineadas sobre la mesa. Se estaba sirviendo agua de la botella en el vaso cuando sonó el timbre. Se sentó a la mesa pensando en dejarlo pasar. Su hija tenía una llave y nunca [golpeaba], y él no estaba esperando a alguien. Tenía que ser un abogado o un vecino y ya no conocía a ninguno de sus vecinos. El barrio parecía cambiar cada algunos años y después de tres décadas, había dejado de tratar de [conocer] y saludar a los recién llegados. De hecho disfrutaba ser el viejo ex policía cascarrabias del vecindario al que las personas temían acercarse.
Inmediatamente después, y sin aún recurrir a diccionarios, probamos Google Translate –al que en el artículo anterior mencionamos a propósito de lo dicho por Santiago Bilinkis– y este fue el resultado luego de utilizar la traducción automática neuronal:
BOSCH TENÍA LAS pastillas alineadas sobre la mesa listas para usar. Estaba echando agua de la botella en el vaso cuando sonó el timbre. Se sentó a la mesa, pensando que lo dejaría pasar. Su hija tenía llave y nunca [llamó], y él no esperaba a nadie. Tenía que ser un abogado o un vecino, y ya no conocía a ninguno de sus vecinos. El vecindario parecía cambiar cada pocos años y, después de más de tres décadas, había dejado de [recibir] y saludar a los recién llegados. De hecho, disfrutaba siendo el viejo ex policía malhumorado del vecindario al que la gente tenía miedo de acercarse.
Al comparar ambos textos, no encontramos serias diferencias si tomamos algunas de las palabras subrayadas. Sin embargo, las dos que se encuentran entre corchetes pueden atentar contra el sentido y el espíritu del texto original. En ambos casos, podríamos decir que la versión humana es la más adecuada.