Los griegos utilizaban términos como Empeiría, Tëkhne, Sophía, para designar capacidades de las personas y su competencia. Aristóteles, señalaba que el hombre resolvía su estar en el mundo de tres maneras, la actividad Teórica, la Práctica y la Productiva (poiética). Las competencias, como capacidad para hacer las cosas, se ubican en el orden de las actividades que los griegos llamaban Poiética, que comprende lo técnico-productivo y la creación. La competencia en tanto quehacer, se expresa en términos como elaborar, producir, preparar, demostrar, etc. En este sentido la competencia es un comportamiento, por ejemplo golpear la pelota y hacer un gol desde una determinada distancia, sería una competencia, por lo mismo no constituye competencia, el conocer la distancia desde donde hacer un gol ni la forma en que debe golpearse la pelota, ya que en el primero hay una obra producida y no en el segundo, una cosa es el conocer o valorar algo y otra el hacer o producir algo. Las competencias consisten en hacer cosas, no en conocerlas ni en las actitudes que se tengan para hacerlas, pero el conocimiento y las actitudes son factores indispensables para lograr la competencia. Barriga Hernandez (2007). Al conjunto organizado de procedimientos para hacer algo por parte de un sujeto, constituye lo que se llama saber procedimental o saber técnico. El valor de la competencia se encuentra en la obra o artefacto producido. El ideal de los griegos en sus primeros momentos, fue el logro del Areté (capacidad de hacer algo en toda dirección de la actividad humana).