Hace ya casi dos décadas, la pedagoga española Benilde Vázquez Gómez nos planteaba que los discursos actuales referentes al cuerpo están signados por la ambigüedad. Para ello, utilizaba la doble expresión de cultura del cuerpo y cultura contra el cuerpo: la primera fórmula remitía a la cuestión de la exaltación o de la apología del cuerpo –particularmente del cuerpo bello y juvenil- puesta de manifiesto a través de los más poderosos medios de nuestra civilización; la segunda fórmula conducía al reconocimiento de situaciones agresivas y violentas a las cuales el cuerpo está permanentemente expuesto. Pero la pregunta de fondo es ésta: ¿La cultura del cuerpo es en sí misma una cultura contra el cuerpo? La respuesta no admite grises: sí, porque el cuerpo exhibido es el cuerpo en principio sometido, el cuerpo que se puede mostrar es ante todo el cuerpo modelado según el canon de belleza oficializado por los medios. Se trata de una mirada hacia la Educación Física, pues la autora no es una profesional del campo disciplinar y su intervención aparece como una contribución de las Ciencias de la Educación a los debates propios de la disciplina Educación Física.