El bienestar de un animal, en la mayoría de las veces , tiene efecto directo sobre su estado interno cuando está siendo utilizado en una investigación biomédica. Los investigadores no siempre distinguen tales efectos y, por lo tanto, no son tenidos en cuenta al momento de preparar los diseños experimentales. Como consecuencia de esto, puede variar la calidad del modelo animal, así como la posibilidad de reproducir las distintas experiencias que se realicen sobre el mismo.
Un modelo animal es válido únicamente cuando se encuentra dentro de un ambiente apropiado para su correcto funcionamiento. La exposición a condiciones anormalmente simples, si bien puede ser de utilidad para estudiar un proceso biológico específico, puede conducir a resultados artificiales en los que se promueven los falsos resultados, tanto positivos como negativos.