En la actualidad, el cuerpo adquiere una especial centralidad, pues es a la vez uno de los espacios privilegiados del consumo y uno de los objetos más frecuentemente mercantilizados. Ciertas actividades que se propone de forma comercial, plantean relaciones con el cuerpo dementes, se presenta como deseable un modelo de cuerpo inalcanzable, la educación física debería ofrecer el equilibrio y encuentro con ellas, pero no lo hace, ya que quienes participan de clases expresan que la realizan con fines estéticos y de salud para con el cuerpo. Se impone un estilo de vida cuya dinámica parece consistir en una lucha permanente contra el propio cuerpo, en donde la educación física forma parte de esta regulación corporal tallando cuerpos formas, no respetando las diversidades de usos y sensibilidades corporales. Hablar de este cuerpo forma impuesto por los sectores hegemónicos es negar el multifacetismo del cuerpo de las prácticas.