La educación físico-deportiva, la educación psicomotriz y la educación física- pedagógica han construido teorías y prácticas que por más que insistamos en optimizarlas, cambiarlas y justificarlas, siguen y seguirán impidiendo que la práctica sea de los prácticos que la practican, la formalizan y la gestionan.
El estudio de corte epistemológico de la disciplina o, más precisamente, la reflexión epistemológica, arqueológica y genealógica me han llevado a revisar el constructo llamado Educación Física, sus corrientes y las consecuencias prácticas.
Volver la mirada hacia la Educación Física y hacerlo críticamente permite empezar a construir un saber propio de los maestros del cuerpo, produciendo un saber propio del campo, lo cual implica un saber de las propias prácticas, lo cual supone un saber verdadero y provisorio del hacer cotidiano.