El cuerpo ha sido históricamente objeto y blanco de poder. Múltiples preocupaciones han recaído sobre él. Lo han atravesado una serie de prácticas, saberes, discursos y dispositivos. Entre las prácticas que han contribuido y contribuyen a construir un cierto orden corporal y no otro se sitúa el graffiti. Como cualquier práctica social, los graffitis se convierten en un terreno de lucha y de disputa en torno a ciertos temas. El presente trabajo centra su análisis en los graffitis urbano platenses focalizando la atención en la forma en que regulan, inducen y/o controlan ciertos significados en torno al cuerpo. Dicho estudio se realiza desde una perspectiva generizada. El análisis sugiere al graffiti, para todas las temáticas identificadas (fútbol, música, amor, política, etc.) como una de las prácticas sociales que contribuyen a configurar masculinidades hegemónicas y subordinadas asociadas siempre con la homofobia y vinculadas con determinados valores: el ser capo, el tener aguante o el bancársela. Los interrogantes del presente trabajo se podrían condensar de la siguiente manera: ¿cómo a través de los graffitis se produce una pugna para configurar y reconfigurar al cuerpo?, ¿cuáles son los significados que se le atribuyen a determinadas partes del cuerpo? y ¿cuáles son los criterios que organizan jerárquicamente dichas partes corporales?