En este trabajo voy a defender la tesis de que moral, política y derecho no pueden escindirse por completo y de que ni siquiera un derecho positivizado puede romper sus relaciones con la moralidad. En la primera parte voy a exponer las razones por las cuales M. Weber postuló un divorcio definitivo entre estas tres instancias a partir de su teoría de la “racionalización occidental” (I). En la segunda parte argumentaré que la sola legalidad no puede engendrar legitimidad. Me ocuparé también de la concepción de la legitimidad política sostenida por Kant para mostrar que acierta al proponer la idea de que moral, política y derecho no pueden mantenerse separados y, al mismo tiempo, que la suya es una visión incompleta (II). En la tercera parte, finalmente, intentaré probar cómo moral, política y derecho se complementan y se entrelazan en sociedades postmetafísicas como las nuestras (III).