Intento interpretar un motivo clave en el diálogo entre el discurso filosófico y el arte en la modernidad. Este discurso tiene que enfrentar dos experiencias que le afectan profundamente. Por un lado desarrolla una argumentación interna con el fin de autocercioramiento. Desde Descartes el pensamiento metafísico busca un fundamento absoluto para si mismo, un fundamento que garantice una autolegitimación sin contradicciones. Esta búsqueda culmina en la construcción de Hegel de la razón absoluta. Por otro lado este discurso se ve insertado en la experiencia sociohistorica de sociedades que pierden su fuerza de unificación en un proceso de profanización. La dialéctica de la ilustración no solamente suelta procesos de aumentar el control de la naturaleza, sino también desencadena fuerzas de destrucción de formas tradicionales de la vida.