En Teeteto 184b-186e, Platón ofrece un argumento destinado a probar que la aísthesis no constituye conocimiento. Aunque en sus lineamientos generales es claro, el argumento es sumamente controvertido a la hora de interpretarlo, en buena medida por las ambigüedades que a simple vista presenta y que dividen las aguas entre sus intérpretes. Una de esas ambigüedades afecta a la noción misma de aísthesis, que en principio es mera impresión ajena a cualquier conceptualización pero a la que Platón, sin embargo, en un momento parece dispuesto a concederle la facultad de formular ciertos juicios. También resulta ambigua la noción de ser (ousía) que se pone en juego a lo largo del argumento.