“Haber rechazado su libro será mi más grave error, uno de los pesares, de los remordimientos más mortificantes de mi vida”. Así se disculpa explícitamente en una carta dirigida al autor de la Recherche, André Gide, que, como editor de Gallimard, había rechazado la publicación de Por el camino de Swann, el primer volumen de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. La anécdota podría ilustrar, con cierta ironía, una de las bases de la concepción estética proustiana sobre la recepción de la obra artística: la misma sólo se aprecia debidamente en una segunda oportunidad. Al interior de la novela, el propio héroe supera el desencanto que le produce la actuación de la Berma, la actriz imaginaria, cuando presencia su arte en una segunda audición. La recepción requiere de un esfuerzo semejante al que realiza el artista.