El neogótico inglés, uno de cuyos representantes más importantes es el teórico de la estética John Ruskin, es la manifestación de una actitud revivalista de la historia opuesta a las concepciones lineales y progresivas. Hay en el revivalismo la pretensión de reconquistar un pasado con respecto al cual el presente, en cuanto se opone a aquel, significa una degradación o caída. De modo que encontramos una proyección del pasado hacia el futuro y una forma particular del pensamiento utópico: una utopía no del progreso sino del regreso, es decir, la recuperación de una felicidad perdida. Además de una visión retrospectiva, el revivalismo encierra una promesa, una perspectiva, esta es la del paraíso que se ha de reconquistar.