Veo representadas en Borges y Fatone dos actitudes o tendencias paradigmáticas posibles frente a la actividad especulativa, dignas ambas de ser trazadas tanto en el uno como en el otro, según sus características particulares, ya sean filosóficas o literarias.
Y sin embargo, la relación entre sus pensamientos nunca ha sido objeto, que yo sepa, de ningún estudio. La razón, se dirá, es clara: Borges fue un poeta y sólo se interesó por el pensamiento abstracto en cuanto este le servía de inspiración en el más literal de los sentidos. Esto era además lo que él decía.
La comparación resultará, entonces, forzada. Aunque ya Platón juzgó a la poesía de su Grecia por su contenido y no vio un impedimento en los procederes distintos del poeta y del filósofo; ambos, como hombres, están en cierta relación con la verdad y el ser.
Pero para evitar, al menos en parte, lo difícil de la comparación, podemos elegir un tema común que deje al descubierto lo forzado de la comparación misma y, a la vez, resalte la diferencia entre ambos: ¿Qué concepción de la filosofía tenían estos dos hombres? Pero, antes de responder, es mejor mostrar su pensamiento frente a un tema que inquietó a ambos y, así, poder luego anclar con firmeza la exposición en el tema de la filosofía en sí.