Históricamente se pensó que todas las formas de radiación, incluyendo diagnóstica y terapéutica deberían ser evitadas durante la gestación. La exposición del embrión-feto no sólo es causa de preocupación y ansiedad, sino que también lleva a retrasos en diagnósticos y tratamientos, con potenciales efectos adversos en la salud materna y fetal.
Las posibilidades de exposición incluyen:
i) Exposiciones planificadas: pacientes que requieren exploraciones radiológicas o de medicina nuclear, o incluso radioterapia durante la gestación.
ii) Exposiciones accidentales en el embarazo.
iii) Exposiciones ocupacionales durante el embarazo.