Con el triunfo de la automovilidad (Giucci, 2012) durante la primera mitad del siglo XX, se consideró que sin caminos no existía posibilidad para el desarrollo de la movilidad turística y el conocimiento de los diferentes atractivos del país. Particularmente en el norte del país, el automóvil fue concebido como el medio por antonomasia para practicar un turismo libre y sin ataduras. Efectivamente, la diferencia sustancial entre el turismo en ferrocarril y el realizado en vehículos automotores particulares fue que el primero establecía de antemano una serie de estaciones obligatorias y fijas que condicionaban la estadía, el desplazamiento y el acceso a un universo reducido y limitado de atractivos. En cambio, el automóvil fue presentado como la posibilidad del conocimiento libre por las diferentes posibilidades que ofrecían las vistas canónicas de los paisajes, la formación de circuitos turísticos, los hitos patrimoniales, patrióticos, naturales y tradicionales. La revista Automovilismo, órgano oficial del ACA distinguió con claridad la diferencia del turismo realizado en el norte del país, ya sea que se realizara con ferrocarril o automóvil, y volcó su preferencia por este último.
Esta percepción hegemónica contribuyó a apuntalar y complementar la decisión política de la construcción de una red de carreteras nacionales cuya principal motivación fue de índole productiva y económica. Para ello se alumbró en 1932 la Dirección Nacional de Vialidad [DNV] con el objeto de diseñar y erigir una malla de carreteras que contribuyera a reducir los costos de fletes de la producción y movilizara una ingente mano de obra para morigerar los efectos de la crisis de la década del treinta. El resultado de ello a nivel provincial fue la creación de delegaciones que se plegaron a dicha política por medio de un plan de carreteras que sería financiado por la ayuda federal y por recursos propios.
De esta manera, el objeto central de este capítulo apunta a analizar el papel de la DNV y la dirección provincial de vialidad en la producción de los espacios turísticos en Tucumán entre 1932 y 1943.