La categoría de recintos del amor tiene antecedentes en la teoría de Gaston Bachelard (1975), quien propone que el espacio sirve para cobijar la memoria de lo vivido, y de Claude Calame (2002), quien establece conexiones entre Eros, la divinidad griega del amor, y el espacio. Ambas teorías nos permiten afirmar que el espacio, o mejor dicho, los recintos son recovecos donde nuestra subjetividad quedó impresa. La conexión entre estos recintos y el discurso amoroso es particular en la obra paciana, ya que el amor tiene un papel vital en Octavio Paz. El objetivo de esta presentación será compartir los resultados de la beca EVC CIN "Recintos del amor y otredad en Libertad bajo palabra de Octavio Paz" cuyo plan surgió de la idea de pensar cómo la experiencia poética nos permite un acercamiento a la otredad. En esta investigación, se ha analizado la categoría de "recintos del amor" y su relación con el concepto de otredad. Los resultados muestran que los recintos del amor tienen una primacía en este primer poemario del autor mexicano. Al inspeccionarlos se encontró que estos se configuran a partir de tres ejes: espacio, Eros y otredad. Cabe distinguir que la potencia de Eros aparece en la obra paciana con diferentes máscaras dependiendo de la otredad con la que se encuentra el sujeto poético a saber: como sexualidad, como erotismo o amor erótico por la amada (Franco Carrilero, 1980, Sucre, 1985), o como amor y, agregamos a esta ennumeración, incluso como fascinación o seducción (Altamirano, 2005; Kusch, 1953) por mi otro yo, por un colega o amigo, o la naturaleza, orbe extremo de la otredad. Estas distinciones son importantes para Paz (1993) ya que el erotismo, por ejemplo, es una vía para trascender y liberarse del Yo (Arcos Cabrera, 1998) pero es el amor el único que constituye la fuerza primigenia que permite la (re)conciliación de los opuestos y el encuentro con la otredad debido a que nos arranca de nosotros mismos y nos lleva a un otro (Paz, 1972; 1990). Estas reflexiones pueden complementarse con la obra de Kristeva (1993) quien propone que en el estado de enamoramiento o "transporte amoroso" las identidades se pierden y los contornos se difuminan (Mancini, 2003) y el individuo acepta perderse en el otro, para otro. En consecuencia, podríamos decir que a lo largo de la obra paciana, pero especialmente en Libertad bajo palabra, el amor aparece como una potencia que podría sortear la mismidad y enajenación propias de la modernidad. Este amor se configura de diversas formas y está emparentado con otros sentimientos paralelos, lo cual permite tener diferentes acercamientos a la otredad. De esta manera, la experiencia poética y la experiencia amorosa se configuran en una poética del amor que nos permiten tener una consciencia de la plenitud del Ser (Salgado, 2005; Correa, 1979).