España y la Argentina presentan una considerable historia de mutuas influencias y vínculos culturales. La voluntad argentina de incorporar extranjeros expresa en la Constitución de 1853, así como el acervo cultural construido durante décadas entre España y sus ex-colonias, y sostenido principalmente sobre la base de la lengua compartida, ocasionó que nuestro país fuera un destino anhelado en contextos de desplazamientos forzosos. Durante el período de entresiglos, los aniversarios del cuarto Centenario de la llegada de Colón a América y el Centenario de la Revolución de Mayo habilitaron un proceso de reafiliación intercontinental que se observa en la creación de instituciones, congresos, proyectos periodísticos y editoriales, viajes de intelectuales y la emergencia de movimientos literarios de espíritu transnacional tales como la Asociación Patriótica Española. Estos intelectuales ocuparon lugares de relevancia en la prensa periódica y esto les permitió introducir en el campo cultural argentino la obra de coterráneos que habían sido censurados en la península. Durante el siglo XX, la diáspora provocada por la Guerra Civil —con el posterior triunfo del fascismo y su política de persecución y exterminio— incrementó el número de exiliados en América y, con este, el arribo de reconocidos intelectuales que fundarán casas editoriales de perdurable trayectoria. Entre 1938 y 1955, período conocido como la "época de oro" de la industria editorial en Argentina, surgen sellos como Espasa-Calpe, Losada, Sudamericana, Emecé y Nova. Por medio de su participación en estas empresas editoras, los exiliados gallegos interactúan con la elite local y diseminan sus producciones artísticas por los circuitos de Buenos Aires; en ellos circuló la obra de Rosalía de Castro, emblema de los gallegos emigrados y símbolo de la nostalgia del desarraigo. Finalmente, el centenario de algunas efemérides tales como el Año del Libertador, el Día del apóstol, y Día de las Letras Gallegas, reafirman la importancia de los procesos independentistas de ambas naciones y reubican a Rosalía de Castro en un lugar susceptible de nuevas operaciones de lectura. La hipótesis principal de nuestra investigación parte de la base de que Rosalía de Castro ha pasado por diversos desplazamientos críticos desde su contexto de publicación hasta mediados de siglo XX, y que la llegada de sus textos a nuestro país ha reactualizado su imagen de ‘madre de los gallegos’, ‘mártir’ o ‘santiña’ con una voluntad de aglutimaniento y al servicio de un proyecto identitario transnacional. No obstante, su obra continúa siendo difícil de clasificar dentro de los cánones prefijados en los que fue catalogada como precursora, por ser una escritura que desborda los moldes establecidos y reivindica —a través de sus temas y las representaciones femeninas de sus textos— nuevas tendencias estéticas y nuevas inquietudes sociohistóricas para la literatura de mujeres.