En América Latina, aproximadamente el 80% de la población vive en ciudades, lo que lo convierte en uno de los continentes más urbanizados del mundo. Este proceso, iniciado vertiginosamente hacia finales del siglo XIX, continúa desarrollándose (Catenazzi y Reese, 2016). Las urbanizaciones en esta región, interpretadas como el medio "clave para la absorción de los excedentes de capital y de trabajo" (Harvey, 2013, p. 73), se entienden dentro de la lógica de la urbanización capitalista (Topalov, 1979). En este contexto, los estudios urbanos en América Latina han centrado su atención en las periferias para explorar las diferentes relaciones que se establecen entre la sociedad y el espacio. Un vínculo que se encuentra a cada momento estabilizándose, por ser el espacio un producto (Lefebrve, 2013 [1974]) y un productor (Santos, 1990) de lo social. Esta visión relacional del espacio (Massey, 2012), ha llevado a que diversas investigaciones orienten su enfoque hacia la vida cotidiana, para indagar cómo los habitantes viven y perciben la ciudad (Lefebrve, 2013 [1974]). Los trabajos desarrollados desde la experiencia urbana (Segura, 2015), los imaginarios urbanos (Silva, 2000), la relación con la esfera laboral (Ursino, 2018), las acciones de los jóvenes (Chaves, 2005), el orden urbano (Duhau y Giglia, 2008), la inseguridad (Caldeira, 2000), sólo por nombrar algunos, han subrayado la importancia de comprender lo cotidiano (De Certeau, 1996) como un aspecto fundamental del habitar urbano. La presente investigación se enmarca aquí. Al concebir la ciudad de La Plata como un fenómeno histórico por su proyección previa a su construcción, se exploran dos situaciones periféricas con características disímiles: Los Hornos sobre el eje sur y City Bell sobre el eje norte. Se indaga en las conflictividades, prácticas y representaciones que, desde el año 2000 al 2020, se han generado. Aquí, el habitar periférico se aborda desde tres relaciones constitutivas: en el vínculo que se establece con la centralidad, en la diferencia y diversidad que constituye lo periférico, y en el análisis desde el propio lugar. Esta investigación busca observar cómo lo urbano, sus transformaciones y su cotidianeidad (Gualtero Trujillo, 2009) adquieren relevancia en la forma de comprender la ciudad en toda su complejidad. Así, lo periférico se distancia de ciertas miradas generalizadas que observan con uniformidad las periféricas en dicotomía con lo central, una definición empleada desde la década de 1970 que redujo "la complejidad que significa estar afuera (arrabal) o ubicarse de manera próxima (suburbio)" (Hiernaux y Lindón, 2004, p. 104). Por el contrario, lo periférico presenta un espectro de situaciones: desde la autosegregación de las clases medias / altas en urbanizaciones cerradas desde la década del ´90, hasta la actual diversidad, donde se producen acercamientos espaciales, distanciamientos sociales y conexiones jerárquicas (Segura, 2021).