Para el plan de investigación se propone analizar cómo opera la recuperación de relatos de vida, testimonios y biografías como estrategia poético-política en el arte contemporáneo latinoamericano. Y, a su vez, busca indagar en los modos en que estas historias apelan a la potencia de la palabra para producir un hecho artístico, a partir de operaciones ligadas al giro performativo de las artes visuales (Valesini & Valent, 2020). El recorte definitivo de los casos —entre los que se encuentran Bocas de Ceniza (2003-2004) de Juan Manuel Echavarría; Extracto de un fracasado proyecto (2012), La hiedra (Lidia) (2006) y Dibujos Textuales II (2018) de Ana Gallardo— será abordado desde un estudio poético-simbólico contrastado con bibliografía seleccionada referida al giro performativo en las artes visuales, así como material procedente de los estudios escénicos de los que ese giro se deriva, performance, biografía, prácticas liminales y arte político. Las obras analizadas en este marco, se inscriben en procesos de producción que implican, por un lado, instancias previas de encuentro entre subjetividades, donde se lleva a cabo un registro y documentación de los relatos; y, por otro lado, operaciones de transcripción de lo dicho, en tanto las palabras logran finalmente visibilizarse a partir de materialidades específicas, privilegiando su valor testimonial y biográfico pero también apelando a sus capacidades ficcionales. Así, se reconoce una etapa experiencial previa a la materialización de las obras, que si bien no es totalmente visible al momento de su presentación, configura el sustrato performativo clave de estas prácticas. En las obras que nos convocan, esto remite a personas concretas que establecen un vínculo con los artistas a quienes narran sus historias de vida y a los mismos artistas develando su propia subjetividad en la acción con los otros. Una acción que no solo está ocupada en visibilizar, como quien muestra desde afuera, sino que pone el cuerpo, que digiere esas historias y las encarna a través de la propia voz. Bajo esta perspectiva, estos proyectos logran establecer un nexo entre la singularidad de las historias de vida y el entramado social en el que estas se inscriben, es decir, habitan zonas de fricción entre lo que podrían considerarse prácticas políticas y prácticas artísticas. En este sentido, entendemos que las palabras —en su dimensión escrita u oral— aparecen como un modo de representación, un recurso que logra poner en valor la acción que ha precedido al montaje de las obras y de las que son tributarias; y que, desde los modos propios del arte, permiten reivindicar las memorias personales y evocar la presencia de cuerpos socialmente invisibilizados.