En las últimas décadas con el avance de las políticas neoliberales en América Latina, se han profundizado las problemáticas y desigualdades en las grandes ciudades de la región, generando un marco de profundización de informalidad y marginalidad para las mayorías sociales. Esto produjo limitaciones para el desarrollo de la vida urbana de los sectores más desfavorecidos, aumentando las asimetrías de poder, las desigualdades de clase y de género. En Argentina, la crisis económica a partir de la década de los ‘90, generó un marco de precarización y flexibilización en los regímenes laborales, que devino en un aumento del trabajo en el espacio público urbano, como una salida laboral para ciertos sectores socioeconómicos, que encontraron allí una respuesta desde donde reconfigurar las formas de vivir y de trabajar. Este hecho dio como resultado una creciente incorporación de las mujeres en el mercado o economía extra-doméstica (Maceira 2014), generando por un lado, un "proceso de feminización de las luchas" (Svampa 2015) en donde las mujeres politizaron las tareas de reproducción hacia el interior de los movimientos de desocupados/as (Gago 2019) y piqueteros; y por otro lado, una masiva incorporación de la mujer a los sectores de la economía popular, como respuesta a las oleadas de desempleo, la subida inflacionaria y la inestabilidad hacia el interior de las familias.Frente a este escenario, las actividades cuentapropistas, la venta ambulante y las ferias en el espacio público urbano se transformaron en uno de los principales medios para llevar el cotidiano de miles de familias de sectores populares que, excluidos/as de las lógicas del mercado liberal, debieron reinventarse y crear su propio trabajo. Esto se ha cristalizado en nuevos espacios de trabajo visibles en el espacio público, nuevas formas de consumo (Madoery, 2020) y nuevas redes configuradas entre distintos actores, como consecuencia de un derrame de las actividades propias del espacio doméstico hacia los espacios barriales, comunitarios y urbanos, que ponen en tensión las espacialidades atribuidas en las relaciones de género. El trabajo pretende construir un aporte a los enfoques urbanos y de género, indagando en las territorialidades que producen las trabajadoras de la economía popular en y sobre el espacio público, para analizar cómo es usado y transformado el espacio existente, qué estrategias deben llevar adelante para desarrollar su labor, qué relaciones se establecen en el espacio público y si producen nuevos territorios como espacios de resistencia a los dominantes. A su vez, la incorporación del género permite indagar de qué manera se reproducen sesgos y desigualdades hacia el interior de estos grupos sociales, y cómo repercuten los mandatos de género en estas nuevas economías. Se analiza la experiencia de las manteras-feriantes de la Plaza Italia, Plaza Rocha y la Plaza San Martín de la ciudad de La Plata entre los años 2019 y 2024, áreas centrales en el trazado platense.