Las narrativas cinematográficas, como prácticas comunicacionales/culturales y artísticas, son constructoras de imaginarios sociales y de formas de ser/estar en el mundo. Como tales son a su vez terreno de luchas, resistencias y transformaciones en el universo de lo simbólico y lo material.La siguiente presentación resulta de un ejercicio de aplicación metodológica realizado en el marco del cursado de la asignatura «Metodologías de la Investigación en Comunicación» del Doctorado en Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social y se inscribe en el Plan de Trabajo titulado «Cine y Feminismos: Representaciones estéticas, identidades e imaginarios de las luchas por la equidad de género en la imagen audiovisual». A través de una metodología cualitativa, que contempla un análisis del lenguaje estético comunicacional, la investigación busca indagar en los imaginarios del poder y las resistencias críticas construidas desde un cine con visión social feminista. El corpus de análisis comprende las obras: «Yo, la peor de todas» de María Luisa Bemberg (1990); «La niña santa» de Lucrecia Martel (2004); «La rabia» Albertina Carri (2008); «Alanis» de Anahí Berneri (2017); «La botera» de Sabrina Blanco (2019) y «Alemania» de María Zanetti (2024). Con el fin de generar un entrecruzamiento entre los films seleccionados se proponen a modo de guía los siguientes interrogantes: ¿de qué modo se representan las desigualdades de género? ¿Cuáles son los mitos que construyen los imaginarios del lugar social y político de las mujeres en las narrativas? ¿De qué modo dialoga y se articula cada propuesta fílmica con su contexto histórico de producción y circulación? En el abordaje de la pregunta por los diálogos entre las luchas de los feminismos y la producción cinematográfica, resulta pertinente la mirada interseccional; que puede definirse como «el reconocimiento de la intersección de muchas formas de opresión por características inextricables en un mismx sujetx» (Gaona, 2021, p.74) Analizar los fenómenos sociales de forma compleja y relacional, significa observar la multidimensionalidad en la que se articulan los vínculos. En ese sentido, lo que el interseccionalismo propone es una sensibilidad analítica que permite indagar en las estructuras de poder, atendiendo a las formas dinámicas en las que la raza, el género, la clase, la sexualidad, entre otras desigualdades, construyen sujetxs vulnerables y sujetxs en ejercicio de poder.Reflexionar acerca de las posibilidades de transformación en el entramado de lo social implica preguntar también por lo emergent: esas prácticas y sentidos nuevos que se crean en el contínuo social y que se posicionan como alternativos a lo dominante. Se considera que las obras cinematográficas seleccionadas constituyen un corpus pertinente para pensar lo emergente en las imágenes audiovisuales a partir de la puesta en diálogo de las miradas de las cineastas, sus protagonistas y los movimientos feministas en Argentina.