Ortega y Espinosa (2024) señalan que la conservación de los servicios ambientales es crucial para mantener las funciones ecosistémicas esenciales que sustentan la vida en un hábitat. Estos servicios son vitales no solo para el bienestar social, sino también para la regulación climática y la salud del medioambiente. Las cuencas hidrográficas ofrecen una amplia gama de servicios hidrológicos ambientales (SHA) esenciales para el bienestar humano. Al regular el ciclo del agua, estas unidades territoriales garantizan el suministro de agua dulce, protegen la calidad hídrica, y contribuyen a la conservación de la biodiversidad. Además, actúan como barreras naturales frente a eventos extremos como inundaciones y deslizamientos de tierra.De acuerdo con Quintero (2010), la conservación y adecuada gestión de los SHA es un fin para la sociedad académica, el sector de conservación y desarrollo, y para las agencias de gobierno, pero también un medio para garantizar el bienestar de la sociedad en armonía con la naturaleza. Para conservar y valorar efectivamente estos servicios, es necesario entender los procesos hidrológicos que los generan, como la importancia de la cobertura vegetal en la intercepción, infiltración y movimiento del agua en los suelos, los mecanismos que producen la escorrentía, entre otros.El manejo apropiado de las cuencas hidrográficas brinda beneficios a la sociedad que se originan en la amplia gama de bienes y servicios que aportan y pueden ser aprovechados por la comunidad regional y/o local. Además, fomenta la aplicación de los ODS 6 y 15 que conforman objetivos mundiales para la acción global para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Una forma de simular esto es por medio herramientas geoespaciales y modelización matemática.El cambio de uso del suelo genera una transformación en la dinámica del agua superficial y subterránea debido al cambio en el cubrimiento del suelo, a la eliminación de la cobertura vegetal absorbente y al aumento de la extracción de agua de los acuíferos para riego (Kruse et al., 2012). El partido de Pinamar, provincia de Buenos Aires, Argentina, al igual que otras ciudades de la costa bonaerense, presenta un uso recreativo y turístico por parte de la comunidad local y regional. El uso intenso establecido en diferentes estaciones del año y/o en fines de semana puntuales, expresa un alto potencial de degradación por la sobreutilización del recurso suelo-vegetación, con un cambio de uso significativo, generando una gran preocupación e inquietud en la sociedad, siendo una de ellas la ocurrencia de inundaciones temporales durante eventos pluviales torrenciales, debido al excesivo escurrimiento superficial con inundaciones. Estos eventos son fuente de graves procesos de erosión hídrica superficial que generan fragilidad en el ambiente (Gaspari et al., 2013).