Si bien la preocupación por la inseguridad está presente y en crescendo desde mediados de los años ochenta (Kessler, 2009), a partir de la década de los noventa es percibida como una de las principales amenazas por la ciudadanía argentina. Hacemos referencia a “una inseguridad” que se configura desde un sentido hegemónico fundado en la relación entre inseguridad, delito y sectores populares y en la producción de mecanismos punitivos como principal respuesta a la problemática. Es decir, opera una reducción del problema de la “inseguridad” a la “criminalidad urbana”, yuxtaponiendo las nociones de “pobre” y “delincuente”.
A partir de esta forma de concebir la seguridad y su gestión estatal es que se vuelve indispensable conocer las intervenciones gubernamentales que se inscriben en un terreno de disputa de este sentido hegemónico.
En el caso de la presente ponencia, nos centraremos en analizar los marcos discursivos en los que se define este problema, los términos en los cuales se precisa socialmente y los sentidos que adquiere, considerando que no son ajenos al objeto mismo y constituyen en sí mismos un objeto de pregunta sociológica. En concreto, analizaremos los discursos oficiales, así como el tratamiento mediático/periodístico en torno de uno de los programas de seguridad más significativo como expresión del intento de instalar una política democrática alternativa: el Programa Integral de Protección Ciudadana (PIPC), implementado en la ciudad de Mar del Plata (2013-2015). Nos interesa pesquisar la manera en que dichos discursos trasmiten a la ciudadanía una concepción democrática en la gestión securitaria.