En Argentina gran parte de los asalariados trabaja en condiciones de precariedad laboral, a los que se suman los cuentapropistas informales con ingresos de subsistencia o pobreza y sin la protección de la seguridad social. Investigaciones cuantitativas sobre desigualdades sociales en salud documentan las desventajas para la salud de quienes desempeñan trabajos manuales, no calificados y precarios, por la menor capacidad económica y de disponibilidad de tiempo para acceder a consultas médicas y desarrollar prácticas de autocuidado. También se documentan los malestares psicosociales, accidentes laborales, lesiones, dolencias y enfermedades asociadas con condiciones y el medio ambiente de trabajo desfavorables. En el contexto latinoamericano y nacional, el concepto de trabajo precario es amplio y multidimensional; abarca modalidades de inserción laboral que tienen en común condiciones de inseguridad económica e inestabilidad, y afectan negativamente las relaciones de trabajo, la subjetividad y la calidad de vida. No necesariamente constituyen empleos no registrados, pero los incluyen. En este sentido, se destaca que en Argentina las características de la inserción laboral, y principalmente la formalidad-informalidad, condicionan el tipo de cobertura de salud que se posee y, consecuentemente el acceso a los servicios de salud.
En esta ponencia analizamos los vínculos entre trabajo y salud a partir de las experiencias laborales de un grupo de varones adultos que viven en un barrio de clase popular del conurbano de bonaerense.