La actividad regulatoria del gobierno, ba tenido un notorio incremento en la segunda mitad del presente siglo. En nuestro país, esa actividad regulatoria no solo implicó niveles crecientes de control sobre diversos aspectos de la gestión del sector privado, sino muy especialmente, sobre la propia gestión empresaria pública. Esta última se desarrolla hoy día en un escenario de fuertes restricciones operando sobre los niveles de las variables de decisión usualmente reconocidas como inherentes a la gestión empresaria. Junto a la actividad regulatoria del gobierno, la actividad desarrollada por otros agentes económicos, especialmente la fuerza laboral estructurada en un movimiento gremial importante, y la de los sectores empresarios privados ligados económicamente a la actividad de la empresa pública, influyen en forma importante en la performance de la misma.
Este complicado cuadro de situación, indica la necesidad de procurar un adecuado análisis del comportamiento de la empresa pública. Ello permitirá la asignación de responsabilidades en el resultado de la gestión, al nivel empresario, a las agencias gubernamentales o a los factores exógenos (grupos de influencia), que interactúan en el proceso de toma de decisiones. En tal sentido, constituirá un aporte el hacer más transparente el accionar específico de la gerencia y la gravitación de los grupos de presión y el gobierno, en el resultado de ese accionar.