El estudio de causalidad entre los recursos empleados en los procesos educativos y sus resultados generalmente se realiza con ayuda de las funciones de producción educativas, que constituyen una expresión analítica formal de la relación existente entre el aprendizaje y sus determinantes. Estos modelos son importantes, pues permiten contrastar empíricamente los resultados y expresarlos en forma cuantitativa, mostrando la importancia de los insumos empleados, sus rendimientos y los costos asociados con su instrumentación, cuestiones de gran interés para mejorar la organización escolar.
La mayoría de los trabajos empíricos encuentra una asociación positiva entre el grado de desarrollo de un país y la influencia de las variables escolares sobre el rendimiento académico. Sin embargo y a pesar de numerosas coincidencias, no todas las evidencias asignan similar importancia a los recursos más comunes, aunque en general destacan el predominio de las siguientes categorías.