Aquellos papeles donde comienzan a plasmarse las ideas del escritor pueden permanecer ocultos y
hasta perderse con el transcurso del tiempo. Pero gracias a los investigadores literarios este destino
está empezando a cambiar.
Ya son varios los archivos de autores que cobran visibilidad, gracias a las tecnologías de la
información y las comunicaciones que posibilitan no sólo su preservación a largo plazo sino también
su consulta por usuarios remotos. De esta manera, no sólo se salvaguardan documentos que tenían
un destino oscuro, sino que también se abren mayores posibilidades de estudio para el área de las
Letras.