Existe cierto consenso crítico en torno a la convicción de que en Autobiografía de Irene, su
segundo libro de relatos, Silvina Ocampo corrige y supera las "falencias", "defectos" e
"imprecisiones" formales y estilísticas que habrían caracterizado los cuentos iniciales de Viaje
olvidado. En divergencia con esta interpretación, el trabajo propone y desarrolla la idea de que
Autobiografía de Irene aparta transitoriamente la literatura de Ocampo de la singular búsqueda
narrativa que se desencadena en Viaje olvidado. Sensibles a las demandas del contexto
inmediato, estas narraciones se desvían de los propósitos inmanentes que impulsaron esa
búsqueda y debilitan significativamente su fuerza de invención inicial.