Según el testimonio del propio Aristóteles, una de las primeras formas bajo la cual los filósofos concibieron la intelección fue el modelo de la percepción. Más cognoscible para nosotros, esto es, más cercana al mundo de nuestra experiencia, la percepción constituyó un paradigma de pensamiento fecundo, que dio lugar, por adherencia y más aun, por oposición, a importantes planteos filosóficos.
Sin lugar a dudas la principal dificultad de dicho modelo, tal como Platón y Aristóteles se encargaron de destacar, es la imposibilidad de explicación del error, en tanto la comprensión de la actividad de la intelección en términos de captación, sólo deja lugar para la ignorancia, i.e, la ausencia de captación.