El conocimiento humano, sostiene Descartes, en tanto no es asistido por la revelación divina, depende del uso del entendimiento. El texto de las Regulae presenta una doctrina gnoseológica, concentrada en su mayoría en la regla XII, que encuentra en el intelecto puro el único sujeto del conocimiento. No obstante, el asunto –como veremos a continuación- es más complejo aún, puesto que el entendimiento –es decir, el alma considerada en su aspecto cognitivo- se diversifica, mas no se disgrega, en múltiples facultades en su relación con el cuerpo.