Bertrand Russell dedica dos capítulos de sus Ensayos filosóficos al pragmatismo en general, y a la teoría de la verdad pragmática, en particular. Las obras de las que se nutre Russell para elaborar su crítica, son principalmente, La voluntad de creer y Pragmatismo, ambas de William James.
En mi lectura de estos capítulos de Russell, he identificado dos líneas argumentales:
-por un lado, Russell intentará mostrar que la teoría de la verdad pragmática implica consecuencias indeseadas en el ámbito de la praxis humana. En particular, este argumento que de ahora en más, denominaré “ético”, muestra que el pragmatismo se compromete con ideales que lo alejan de su inicial compromiso democrático.
-por otro lado, el autor argumentará en contra de la identificación de la verdad con la utilidad. Este argumento que llamaré “epistemológico”, puede sintetizarse en la idea de Russell de que la teoría de la verdad pragmática no es útil o que no puede probar su funcionamiento.
A la base de estos argumentos, según entiendo, hay una equivocada interpretación de esta teoría de la verdad y el equívoco puede reconocerse en la interpretación de Russell según la cual el pragmatista no piensa en los hechos sino en la creencia acerca de ellos. Esta apreciación se justificará a medida que el trabajo se desarrolle.
En consecuencia, este trabajo intentará mostrar que ambos argumentos –el ético y el epistemológico- no se sostienen si nos aproximamos a James desde otra perspectiva y si tenemos en cuenta sus propias respuestas al autor inglés, presentes en el Significado de la verdad.