En el panorama ético contemporáneo, la reflexión sobre los aspectos afectivos del carácter moral ocupa un lugar importante. Emociones como el miedo, el enojo, el asco o bien sentimientos como la compasión, el amor, el altruismo, los celos, la envidia son analizados por la psicología moral en sus aspectos conductuales, cognitivos, su dimensión social y normativa. Las emociones pueden ser consideradas eventos momentáneos, bruscos, incontrolables, irracionales e incomprensibles o bien ser analizadas desde el punto de vista de las creencias que implican y las tendencias prácticas que motivan. El planteo clásico de las posiciones evolucionistas, que agrupa a la mayoría de los autores que tratan el tema, supone un continuo desde la expresión biológica de las emociones hasta sus componentes cognitivos.