Christian Boltanski es un artista francés nacido en 1944, el mismo día en que en París se libera de la invasión nazi. Hijo de madre cristiana y padre judío convertido al catolicismo, se cría en el seno de una familia francesa de clase media, que le imparte una educación laica.
Durante la infancia y la adolescencia, Boltanski comienza su acercamiento al arte, especialmente al mundo de la pintura, y pinta numerosos cuadros. Sin embargo, a los 23 años, abandona esta actividad para dedicarse a la recolección de elementos, tanto objetos como fotografías, y se inclina definitivamente hacia los medios expresivos no pictóricos -siempre desde su formación autodidacta-. Sus instalaciones están así conformadas por medios y soportes diversos: periódicos, pertenencias personales, ropa usada, transparencias, fotografías, cajas y otros objetos encontrados o construidos.
La obra de Boltanski, construida alrededor de unos pocos principios y cuestiones (la muerte, la vida, la ausencia, las desapariciones, el artificio) lo ubica entre los más admirados "artistas de la memoria", por sus trabajos relacionados con la Shoah y los crímenes de la Segunda Guerra, y con la infancia.