El corpus de literatura conservada en inglés antiguo muestra una variedad considerable de poesía lúdica (adivinanzas, aenigmata), curiosas prosopopeyas, ingeniosos diálogos de sabios y, también, ya en otra dimensión de creación literaria, la función de gran parte de la poesía narrativa como recreación vocal colectiva. Con gran riqueza de evocación imaginativa, el scop (“juglar” anglosajón) o bien cualquier otro agente similar hace su aparición en estos textos, esgrimiendo esta función narrativa en el seno de las comunidades guerreras, tal como se representa en el pasaje seleccionado del célebre poema de Beowulf (ss. IX-X). Es posible, entonces, apreciar la amplitud de la poesía como lugar en el que se entrelazan la contienda, el juego y la competición con la imaginación narrativa. En los versos 506-612 de Beowulf vemos desplegarse estas dimensiones en lo que el mismo protagonista gauta narra: su competición prodigiosa con otro guerrero, Breca el bronding, en las peligrosas aguas del mar septentrional. Las palabras del mismo Beowulf sobre sus propias proezas constituyen, a la vez, un relato épico que provoca admiración entre los oyentes de la corte de Hrothgar y una contienda verbal, un discurso en defensa de su honor guerrero (con rasgos apologéticos y auto-laudatorios), mediante la narración de un agón de proporciones sobrehumanas. En esta narración en boca del héroe también aparecen los monstruos marinos acaso propios de la imaginación poética, que anticipan, de alguna manera, las contiendas físicas y la contienda final del guerrero gauta.