Focalizaremos una escena lúdica singular, la que tiene lugar en Bacantes de Eurípides paradójicamente en el punto más dramático de la tragedia (el filicidio de Ágave), con el fin de examinar allí la dinámica de las emociones, sin perder de vista que, como es usual en la tragedia, el filicidio de Ágave y las emociones que de él se derivan se generan a partir del relato. Mediante el análisis filológico del discurso del mensajero en el quinto episodio de la pieza (vv. 1024- 1149) –sin perder de vista los paralelismos con el relato precedente– y la anterior intervención coral (vv. 1024-1042), examinaremos la interacción de las emociones en relación con el crimen. Advertimos que mientras el Coro busca despertar júbilo por la victoria dionisíaca, el relato del mensajero apunta más bien a provocar compasión por Penteo. El uso del discurso directo, la narración focalizada en su experiencia, el juego que presenta entre lo que ven y no ven tanto los protagonistas como los testigos de los hechos, y las descripciones del sparagmós (que incluyen el juego de las bacantes con los miembros del rey) buscan incrementar el páthos. Nuestra hipótesis es que en esta escena se configura una tensión emocional a partir de la simpatía por ambos personajes (Penteo y Dioniso).