Tres conceptos básicos organizan un círculo virtuoso entre el conocimiento, la realidad y su transformación, a la vez que contribuyen a definir el objeto (de estudio y de intervención): los sujetos, el lugar y el mejoramiento barrial. Para completar dicho círculo, la investigación recorre cuatro instancias metodológicas: el diagnóstico, la evaluación, el proyecto y su concreción efectiva; las mismas se relacionan respectivamente con la descripción (el qué), la explicación (el por qué), la proposición (el cómo) y la transformación (el a quiénes).