Este texto consta de tres partes elaboradas como aporte a una discusión entre lo que solemos llamar “deporte y política”, pretendiendo hilvanar teoría y práctica en un doble movimiento: mediante una línea que enlace aquellos temas (algunos) que atraviesan dicha relación hasta finalizar ejemplificando con un caso concreto respecto de una de las formas de entenderla y analizarla:
el campo legislativo como espacio de disputa en durante el año 2015, con la sanción de las leyes 27.201 y 27.202, de creación del ENADED (Ente Nacional de Desarrollo Deportivo) y de actualización de la ley del deporte en la Argentina, respectivamente.
Es habitual escuchar sobre el tema, y hasta de sentido común, o bien que el deporte “está metido” con la política, o bien que “es” política, o también que en él, está “metida la política”. En cualquiera de estas variables lo semántico remite, a grandes rasgos, a una vaga idea respecto tanto del “deporte” como de la “política”. Sin profundizar aquí un tipo de definición para ambos campos, un primer acercamiento a la cuestión podría comenzar dando por sentado o no, cierta premisa en el sentido que se trata de ámbitos que tienen, al igual que muchos otros, antiguos lazos de interdependencia. Decir esto poco tiene ya de original: como si no lo tuvieran la política con la educación, la salud, la tecnología, el (los) cuerpo (s).